Con el lema de “Septiembre, mes del Patrimonio: Una oportunidad para reconocernos”, el Ministerio de Cultura de Colombia desarrolló una variada programación con el propósito de promover espacios de conocimiento, encuentro, reflexión y diálogo en torno a los valores culturales de la nación.
Es válido, en este contexto, preguntarse qué ha pasado con el acervo cultural del Socorro. No existe un Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP) ni una Junta Local de Patrimonio (JLP) y no se conoce ningún plan de conservación. Sí se sabe que en los últimos 50 años se ha perdido aproximadamente el 50% de los monumentos históricos y que su deterioro se remonta a los años 40 del siglo pasado.
Es bueno que para la comprensión de la importancia de estos bienes se precisen conceptos que permitan identificarlos, reconocerlos y conservarlos.
El Ministerio de Cultura asume el patrimonio como expresión creativa de la existencia de un pueblo en el pasado remoto, en el pasado cercano y en el presente. En el mismo sentido, para la Unesco, es un legado que recibimos del pasado, que vivimos en el presente y que transmitimos a las generaciones futuras, lo que nos define como sujetos históricos que recibimos herencias materiales e inmateriales que reconfiguramos para ser lo que somos y para dejarlos a quienes nos sucedan.
Para Icomos (International Council on Monuments and Sites) el patrimonio arquitectónico se puede entender como un edificio, un conjunto de edificios o las ruinas de ellos, que con el paso del tiempo han adquirido un mayor valor al originalmente asignado y que va más allá del encargo inicial. Las obras que pueden considerarse en esta categoría, entonces, serán las que debido a múltiples razones no siempre de índole artística o técnica, se considera que sin ellas el entorno donde están ubicadas dejaría ser lo que es.
Con la finalidad de obtener la plena consideración del Socorro como pueblo patrimonio de Colombia y ciudad de turismo histórico, es necesario que los monumentos de origen colonial y republicano sean conservados, protegidos y salvaguardados, de acuerdo con las disposiciones legales y reglamentarias, lo cual no ha ocurrido con muchos de ellos.
Por las anteriores razones la Fundación Socorranos en Acción acude al Ministerio de Cultura para que se tenga presente nuestro deseo de colaborar en esta tarea. Es viva la disposición que tenemos para ser Vigías del Patrimonio Cultural, para participar en la creación de la JLP y para lograr el funcionamiento del PEMP.
Estamos dispuestos, como un organismo de la sociedad civil, a trabajar por el empoderamiento de los socorranos con su noble y muy leal villa para que se convierta en el futuro en el corazón que haga palpitar la tierra de Santander, y para que se recuerde por siempre que aquí nació la independencia y con ella la democracia colombiana.
El legado patrimonial que recibimos de los mayores constituye uno de nuestros más grandes tesoros. Tenemos el deber de conservarlo, protegerlo y salvaguardarlo, para entregarlo mejorado a las generaciones por venir.